Un sueño

De una parte a otra mi vida ha dado mil vueltas; al fin, he escapado sin dirección, sin autorización, me fui a soñar, a ser libre, me quedo, me voy, me dejo llevar por los impulsos locos de mi corazón y mi cintura, aquí o allá, duermo, camino entre mis sueños, evito mirar el abismo y me pierdo en el horizonte, en el crepúsculo o en una mirada, ya me fui hace mil horas, quizás aún es tiempo, pero no quiero volver, esta vez me fui para soñar.

Para soñar en un nuevo mundo de emociones, que día a día me enseña a amar y guardar mis alegrías y buscar la dicha, a pesar de cualquier imprevisto indeseado. Siempre, siempre soñando.

Este es un nuevo sueño, que sólo puedo contar en secreto de confesión, pero ya mis suspiros, palabras y sonrisas, inimaginables e infinitas, me delatan.

Creo que mañana mismo me puedo ir de este mundo, aunque quisiera que fuera esto eterno, quisiera quedarme aquí buscando mi camino para siempre, curiosa, libre, atenta a la luz del otro lado de la luna y buscando y encontrando todas las cosas que se pueden aprender, conocer y guardar en el alma.

Por fin, me escape de deshojar las margaritas:

¿Me quiere?...
¿mucho?,
¿poquito? ...
nada

Ahora me duermo en los pétalos de esta eterna primavera que quiero vivir.

Si me pierdo de aquí, salgamos un fin de semana y veamos qué pasa con este sueño que me envuelve y me revolotea y me atrae inevitablemente.