miércoles, diciembre 16, 2009

Una tarde



En mi día libre, había decidido hacer un paseo...

A penas tomé transantiago me di cuenta de que varias cosas jugaban en contra de mi linda tarde... primero, un calorsh de mierda, segundo, en la farmacia rodeada de parejillas jóvenes comprando anticonceptivos, preparándose para la vida sexual responsable, recordé que nunca nadie a mí me a acompañado a comprar mis pastillas, menos comprármelas, al lado de esas niñas vírgenes hasta de imaginación me sentí una vil mujerzuela, pero independiente, siempre independiente, caramba...
























Luego, obligada a pasar por el mall por unas cremas, en una tienda de lo más desagradable en esta época, fui acosada por cinco promotores poco agraciados ofreciéndome sus olores, y uno , seguramente, enviado de mis peores culpas me muestra un triple pack de un desodorante que alguna vez regalé y para variar no tuvo aceptación, y ya apunto de llorar, me sofoqué con la masa consumista navideña: familias, niños, bebés, mujeres gritando, comprándolo todo o simplemente dando vueltas "vitriniando"... a la mierda, compré lo primero que tenía olor a hierba y tuviera el sello comprometido con el medio ambiente, y escapé de allí.
















Me fui directo a la heladería pistacho, piña... y tres leche ¿tres leche? a mí no e gusta ese sabor... gran duque... y no se me venía ningún otro a la mente, seré burra... así que otro de pistacho. Ni un miserable asiento para tomar helado tranquila...
Amargada, por mi día frustrado, imaginaba cómo estaría la Quinta contaminada con gente, volví a casa. Aún no oscurecía me heché en el pasto del antejardín...


Tuve la sensación de querer retroceder el tiempo, no para hacer las cosas de otra manera, no, sino para hacer las cosas que hacía allí en mi infancia, cuando pasaba horas jugando sola con los chanchitos de tierra... Y no andaba amargada por allí, ni esperando que apareciera nadie para rescatarme de una tarde como esta, yo era muy autosuficiente y tengo que aprender a serlo de nuevo....



Hace tiempo no pasaba un rato en casa tan agradable aquí, en este patio, el pasto helado con olor a humedad... y pensé en mi familia. Ya me estoy convenciendo que mi familia principalmente soy yo y las personas con las que convivo (y he sobrevivido hasta ahora) . Tengo que asumir que yo tengo siempre esa puta idea de querer a la familia, aunque a uno no la quieran como es.



Todos hacen muchas cosas tontas por sus familias, yo también las hice y cuando hice cosas por mí, tan tan que se acabó todo...
















Todos tenemos una familia que nos quieren a su modo o están obligados a tenernos cariño... sin embargo, yo estoy sola, desde que juntaba chanchitos de tierra aquí, y no sé cómo, pero los quiero y me hubiera gustado ser como ellos quería... tengo una familia que me quiere, pero no me acepta, y es lo que tengo, y si alguna vez pensé en agrandarla, fue una idea muy tonta, yo me quedo con la que tengo, que con esta me falta paciencia, tengo una familia lejana, triste, amargada, así como otros ya tiene la suya y yo no calzo allí, como nunca he calzado en ninguna parte.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal