domingo, mayo 11, 2008

Cuarto oscuro


Me encuentro sentada mirando el cielo; interrogada por cuatro murallas; atemorizada por la oscuridad. A veces, el piso se mueve y se tambalean las ideas y me siento mareada como ahora. A lo lejos escucho noticias del mundo, de catástrofes naturales, de un tal Ilustrado y otro Romántico, de pruebas y reprobaciones, de culpas y errores, de los elevados costos de la vida actual, de privatizaciones, de superficialidades y apariencias.

Este cuarto oscuro ha sido mi refugio, lo he construido ramita por ramita de cada viaje que he emprendido. Se me han olvidado las ventanas y puertas, pero el techo son las estrellas y las nubes. Lamentablemente en este invierno prematuro, las noches son eternas y todo es oscuro y todo el tiempo se cuaela un vientecillo frío que entumece los huesos.

Aquí pienso, pienso, pienso y me canso de pensar hasta que ya no pienso, hasta que en el silencio escucho pasos y me acerco a la muralla. Evado el miedo con imágenes frescas; cierro los ojos e imagino paisajes nuevos, palabras dulces, sentimientos puros. Apoyo mi oreja esperando sentir cómo tantean la muralla. Imagino su cara, sus manos rozando estos muros fríos. Suenan pasos y crujen las hojas. Me siento en el suelo sin dejar de apoyar mi cuerpo en la muralla. Hasta que me duermo soñando su abrazo, su calor, su olor, parece casi real su respiración y el viento de sus susurros.

Sin embargo, despiérto, el sueño se esfuma, me levanto apoyándome en la muralla y me alejo. Entre decepcionada y molesta ordeno mi pelo y seco mis lágrimas.

Decepcionada de mis antiguos viajes entre el abandono y el maltrato que me han hecho ir y venir con tantas ramas para contruir mi fuerte; un cuarto oscuro que me proteja de mis miedos. Y molesta conmigo por haberme permitido construir estos muros tan altos y quedarme allí nuevamente mirando el cielo; interrogada por las murallas; atemorizada por la oscuridad.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal