domingo, abril 15, 2007

Un minuto en mi cabeza

Hoy, mientras abría nueces -comía unas tantas, y otras las guardaba-, pensé en que los frutos secos son especiales.

Cuando los como experimento la misma sensación que al comer chocolates. Son irresistibles, extaciantes, casi divinos. Cuando se acaban, me pregunto por qué me los habré comido todos... !ya no tengo más! (comienza mi carita de pena).
Y comienzo a recordar la pequeña felicidad que me brindaron (cara nostálgica, casi siempre mirando el cielo), ¿por qué duraron tan poco?(se acerca mi cara angustia).
Luego, empiezan las preguntas existencialistas: quizás, ¿cuándo tendré la posibilidad de comer uno?, ¿de dónde vienen las nueces?, ¿por qué nadie me regala una nuez?, ¿y si me meto a la casa del vecino y saco más nueces? (a todo esto, las nueces me las regaló mi vecino, no soy ladrona), ¿cuánto engordaré con esto?, ¿por qué soy tan inconciente? y bla, bla, bla.

Ya en el colapso vienen otros recuerdos de estas pequeñas felicidades. Hoy recordé que cuando pequeña en un tarrito de mis primeros zapatitos de charol, mi mamá guardaba nueces y almendras, y yo sacaba a escondidas para comerlas, en ese tiempo no pensaba tantas tonterías y era tan feliz.

Cómo han cambiado las cosas... ahora un fugaz momento feliz se vuelve un abismo de sensaciones y termino frustrada y angustiada con la extraña sensación de haber pensado mucho y con la nostalgia de ese tiempo sin tiempo.

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Así son las cosas, cuando somos pequeñas todo es tan simple, pero una simpleza divina no importaba si algo acababa, ya vendrían otras cosas: una golosina, los dibujos animados, el abrazo de tus padres, algún amigo con quien jugar. Todo tenía sentido y una secuencia lógica. En cambio ahora, al tomar conciencia de nuestra existencia, todo es difícil y complejo, nada te deja completamente satisfecho y si lo hace, inmediatamente nace la sensación que pronto se acabará.
No me gusta pensar que no hay esperanza.

Mery Beth

abril 16, 2007 11:21 p. m.  
Blogger Angelique dijo...

Me dan mucha pena tus palabras, pero en mi caso yo voy como al revés, o sea, por lo menos en esta etapa actual.

Trato de pensar más, porque siento que me voy quedando sola y lejos, como incomunicada hasta con mi propia exterioridad :S

Buenas noches, Fabi =_=

abril 17, 2007 1:55 a. m.  

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