martes, mayo 13, 2008

Vocación v/s especialidad

En esta noche, debería estar concentrada en terminar mi trabajo para Literatura Española Moderna, un trabajo sobre Mariano José de Larra y sus Artículos de costumbre. Sus líneas son cercanas, sencillas, graciosas, inteligentes y, sobre todo, finas. Sin emabargo, estoy más preocupada de saborear mi café, de ver el polvo acumulado en el mueble, de leer un poemilla llorón.

Caigo en el ocio en esta ya aburrida práctica de estudio.

No tengo ganas de hacer trabajos, de obligarme a leer (sin demerecer la magistral obra), de restringirme en hacer las cosas por las mañas de alguien que ya está caducada hace varios años.

Pues, así es, cuatro años he debido restringir mi vida al deseo de esta pedagogía que más parece demagogia. Donde los estudiantes caminamos en la cuerda floja de este circo, caminamos lentito uno tras otro, con miedo de caer, de ser despreciados y fracasados y morir por no tener las súper COMPETENCIAS o no ser lo suficientemente tenaz de arrastrarse patero, chamullero y pedante en las faldas y pantalones académicas y adminstrativas, de quienes nos dirigen.

Esta noche y esta pedagogía son como mi café, son amargos y oscuros.

Esta pedagogía es estática, metirosa, desconsiderada y rellena de saber, de tanto saber, que cae en lo grosero, en lo inútil, en lo ridículo. Se escabulle de nuestras manos y se derrama por el suelo.

Una enseñanza que separa la vocación de la especialidad y que curiosamente la especialidad inhibe a la vocación con una pedagogía que tiene como objetivo llenar a sus alumnos del tan anhelado conocimiento cognitivo.

¿Acaso no deberían caminar juntas de la mano en cada estudiante de pedagogía?

Un conocimiento que podríamos fácilmente definir como el conjunto de apariencias, favores, aprobaciones y créditos. Donde el esfuerzo y la vocación están fuera de las rejas del campus. Allá esperan hasta que salga un saquito cuadrado relleno del famoso conocimiento y programado para ser el mejor.

Y ridículamente yo pensaba que la vocación no buscaba ser la mejor en al especialidad, no buscaba competir, no buscaba estos muros gigantes que le impiden Ser, sino que buscaba especializarse, sí, pero principalmente para desarrollarse en cualquier lugar, en diversas condiciones donde hace falta y lograr con resultados concretos ser la mejor.

En fin, mi vocación se ha estrellado y no es precisamente en estrellas, sino en esta entramada lucha entre la vocación y la especialidad.

Esta noche dejo de pensar en lo que quieren leer de mí y escribo lo que a mí se me da la gana en esta publicación. Me desvelo hoy para desembarazarme de este diario sometimiento al prostituido sistema de la magnífica y hedionda educación superior "pública".

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