sábado, mayo 17, 2008

El eterno resplandor













El comienzo es el nombre de un tiempo indeterminado y el fin es lo que menos importa. Todo puede seguir.

Por eso no se muere de amor, porque los amores que matan, nunca mueren.

Siempre quedará una semilla: un ínfimo recuerdo que marca la historia. Una imagen que desencadena el mapa de recuerdos en la mente.

Un detalle: el primero o el último, el espontáneo, el inesperado, sorpresivo, mágico, ese que en el momento en que ocurría no se apreció lo necesario y siempre queda dando vueltas.

Generalmente, hay una cajita de detalles que se quisiera quemar, pero no hay valentía, no es necesario… siempre quedará un eterno resplandor.

Alejarse, no es la solución; sería despertar cabizbajo, cojo, entumecido.

La clave parecer ser concentrarse en los abrazos cálidos; en la compañía; en la sonrisa cuando se encuentran solos. Sin olvidar honestidad y amabilidad.

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