martes, octubre 07, 2008

Francis Cabrel
















La quiero a morir


Y yo que hasta ayer
sólo fui un holgazán,
y hoy soy el guardián
de sus sueños de amor
La quiero a morir.


Podéis destrozar
todo aquello que veis,
porque ella de un soplo
lo vuelve a crear
Como si nada.
Como si nada.
La quiero a morir.


Ella para las horas
de cada reloj
y me ayuda a pintar
transparente el dolor,
con su sonrisa.


Y levanta una torre
desde el cielo hasta aquí.
Y me cose unas alas
y me ayuda a subir
a toda prisa,
a toda prisa
la quiero a morir.


Conoce bien cada guerra
cada herida, cada ser;
conoce bien cada guerra
de la vida y del amor también.


Me dibuja un paisaje
y me lo hace vivir
en un bosque de lápiz
se apodera de mí.
La quiero a morir.


Y me atrapa en un lazo
que no aprieta jamás
como un hilo de seda
que no puedo soltar.
No quiero soltar.
No quiero soltar.
La quiero a morir.


Cuando trepo a sus ojos
me enfrento al mar.
Dos espejos de agua
encerrado en cristal.
La quiero a morir.


Sólo puedo sentarme,
sólo puedo charlar,
sólo puedo enredarme,
sólo puedo aceptar
ser sólo suyo,
ser sólo suyo.
La quiero a morir.


Conoce bien cada guerra
cada herida, cada ser;
conoce bien cada guerra
de la vida y del amor también.


Y yo que hasta ayer
sólo fui un holgazán,
y hoy soy el guardián
de sus sueños de amor
La quiero a morir.


Podéis destrozar
todo aquello que veis,
porque ella de un soplo
lo vuelve a crear
Como si nada.
Como si nada.
La quiero a morir.

1 Comentarios:

Blogger Fabiola dijo...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

octubre 08, 2008 1:14 a. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal