martes, julio 29, 2008

Desierto

Me encuentro en un desierto, tengo sed, pero no encuentro agua, no me desespero, sólo camino alucinada y me dejo llevar por el viento.

Estoy más sensible de lo común, soy reacción ante los hechos, poco puedo pensar, menos concluir o decidir. Estoy como envolada entre las ideas, suspendida, abstracta y perceptible a todo, a todos y en todos los sentidos.

Parece que el sol quemó mi capacidad de tolerancia, de protección, de autocuidado... Sin embargo, día a día trato de creearme y creerme las fuerzas, el buen temple y las nuevas expectativas.

Caminando por este desierto se me antoja entregarme a la desolación, entregarme a la nada y volar en los vientos que me arrastran, pero ni puedo, ni debo. Ya lo he hecho y de nada sirve aquello... mientras se pueda uno debe aprender, seguir adelante y cambiar aquello que nos parece mala suerte o cosa truculenta del destino.

Por ello, he dejado a los buitres mis recuerdos y lo que vivo ahora son como las primeras alucinaciones en la nada...

Y no sé si es una alucinación más, pero allá, más allá, aflora un jardín de colores que iluminan mis ojos para buscarte, no sabes cómo me fascinas, tú con tus colores, tú que provocas mi nerviosismo en la espera de encontrar tu mirada en la mía.

Estoy en el desierto y tú me alucinas.

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