domingo, junio 01, 2008

Un lucesita

Eres extraña, lucesita, ya dejaré de mirarte. Mientras más te mimo más te cierras en ti misma. Te marchitas en las noches y en el día me escandilas, me alucinas, lucesita asesina.

Entiéndelo, niña, no iré más tras tuyo, este es mi lugar. No iré más tras tuyo aunque me duele la cabeza la vocesita ridículamente cuerda.

Vete, lucesita, que dices puras mentiras. Yo puedo seguir así aunque ahora esté nublado. Aunque ahora me duele este brazo. Tú tienes la culpa, lucesita, inocentona.

No sigas provocándome. Suficiente fue tu risita regocijándote del desgarro de mi piel que dejó la aguja inoportuna.

Pero cicatrizará. Yo sé que pasará.

Vete, lucesita, que prefiero quedarme aquí.

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