domingo, octubre 10, 2010

Dos gigantes egoístas

He repasado cada cosa que pasó el último tiempo, he cambiado de papel, he visto las dos miradas.
Por una parte, veo su pasión, su viaje, sus compras, su trabajo, la política... y yo centrada en contruir un futuro, la universidad, las responsabilidades, el trabajo, la necesidad de tener todo calculado y si algo se sale de rango caga todo...

Lo veo en él exigiéndome comprensión apoyo... una vida carente y un error asumido a medias y necesitando mi apoyo, yo entregando lo que tenía y mejor hubiera sido callarme...

No pude viendo yo cómo sucedieron las cosas, las heridas a medio cerrar que se había provocado con la misma causa y su último maldito viaje, no acepté sentir ningún rastro de esas malas decisiones que no eran mías.... no pude apoyar de la manera y tanto como él necesitaba.

No pude dar la mano para levantar el ánimo caído de nadie, con suerte he podido con el mío, yo la que se deprime por nada, la víctima de un mundo adverso...

Y, a veces queremos apoyarnos en el otro, pero él otro no puede escuchar más que su mismos problemas, su mismo ego, somos gigantemente egoístas, porque, si pedíamos apoyo, después de caídas tan profundas, eramos descarados... él tenía heridas, sí, mis falsas alarmas de mil términos y yo heridas de días de soledad, de tantas lágrimas, de esperas, de llamadas, de gestos que no llegaron...

Cambiamos, sí, intentó, sí, creí, sí, creí que se podía, yo también lo intenté, pero como buenos egoístas, fue mejor pisotiar al otro....

Y pensamos de alguna secreta manera que se podía, él creyó que podía irse y volar lejos de mí sin que me doliera, y yo pensé tantas veces que estabamos sólo en malos días y que nos pediríamos disculpas... Pero sólo quedó en secreto ese buena plan...

Viejas costumbres pudieron más, viejos juicios, viejas heridas, arremetieron en contra mía, en contra suya... y mejor fue refugiarse en las lágrimas, mi eterna depresión sin aparente causa, él en el trago y sus carreteres, su aparente y placentera solución a todo....

Y ya fue un sin sentido de conversaciones centras en mí, por mi parte, y centradas en él, por su parte...

Pensé tantos días en olvidar y escuchar simplemente su voz, en ir y estar ahí... y él ya no estaba, quise no ser egoísta y no pude. Un teléfono cortado, y tuve un carazón roto, abandonado...

Me pregunto por qué, por qué no fui yo la que salió a disfrutar de la vida nuevamente, porque me quedé llorando viendo nuestras fotos, juntando los recuerdos, pintando un dibujo de colores tristes...Qué hubiera dado yo, por ser la que huyó a la ciudad donde fuimos tan felices, porque no pude ver el mar, oler alchol, fumar olvido.... Por qué no fuiste tú el que se quedó pensando, se quedó esperando... Quizás, tú me habrías estado esperando cuando volviera... o quizás no porque como yo habrías pensado, que no fue justo, que no merecías ser siempre el que se queda esperando... pero quizás también podrías haber olvidado esa pena si yo hubiera ido a tu lado, abrazarte y secar tus lágrimas...

Pero no fueron así las cosas, seré siempre yo un alma en pena, pura pena por mí misma, incapaz de huir, sin explicaciones, sin añoranzas...

Tendré que tragar este brindis sin él, de días que imaginé tan felices, de hoy que hubiera sido una de las tantas celebraciones juntos... porque podrían haber sido mil, mil celebraciones juntos... siempre pensando en un bien para los dos y no se pudo, no pudimos, ambos fuimos incapaces, cada uno pensó por su parte lo que le convenía. Él quiso creer que yo le cortaba las alas, que yo quería adueñarme de él y de su personalidad, yo pensé que yo ya no lo hacía feliz, que yo hiciera lo que hicera, era la que estaba de más, cuando él simplemente era feliz haciendo lo que ya mucho antes de mí hacía... por eso, me trago hoy mi amor, me trago hoy mi dolor, con este trago amargo, y escribo el final de este cuento...

"Así que cada gigante egoísta cerró la ventana de un portazó, y cada uno quedó pensando que el otro iría a buscarlo y nunca fueron felices... Ella decía, que se quede con su vida, con sus amigos, lleno de felicidad, de diversión, pasiones, alucinaciones de la noche... y él decía, que se quede ella con sus juicios, con sus enojos, con sus términos... A veces recordaban buenos momentos y entristecían, pero no por mucho rato, era mejor pensar en sí mismo..."

Y así nos quedamos los egoístas como nosotros solo podemos serlo, pintando el cuadro a nuestra pinta...

Pero yo ya no quiero pintar más cuadros... ya no quiero, sólo hoy abro esta ventana de mi alma, porque hoy pensé en explotar... ahora ya, ya no tengo más nada que decir, ni una palabra más habrá para este libro triste mío, hoy se cierra, este amor, estos amores tristes... estos amores egoístas... hoy se cierra estas ideas en el aire...

El fin

martes, octubre 05, 2010

Pena

Quisiera no saber nada, quisiera olvidar tantas cosas que se me vienen a la mente.

Quisiera llorar, mientras alguien me acaricia el pelo y me prometa que todo va estar mejor.

No quiero estar más sola...