viernes, agosto 29, 2008

Realidad imaginaria
















Mientras voy en mi día a día, llegan momentos en que me pierdo en imágenes tormentosas y caigo en suposiciones y predicciones fatalistas y retrospecciones derrotistas. El tiempo se extiende y el caminar se vuelve lento. No puedo recordar en qué pensaba como para llegar a aquellas imágenes.

Suspiro e intento recuperar el paso. Exigo volver mis pensamientos a su lugar, a la realidad, pero mi imaginación juga conmigo desde que la conozco y me esfuma la delgada fortaleza que me envuelve.

Vuelvo a suspirar, y me repito "hoy será un gran día" y una mano fría me acaricia la espalda.

Pienso que debería tener el poder de borrar con una gran goma los personajes, espacios y tiempos irreales de mi imaginación. Sólo me provocan miedo, inseguridad, me impiden avanzar. Pero y si se hacen reales... Cómo no he de prepararme para aquel momento.

Si llegara el momento en que pasase lo que pienso que pasará, todo se detendrá y quedaré suspendida como una partícula de polvo, confundida entre mi imaginación y lo real. Mínimo eso será un ataque de pánico.

Aunque, la verdad de las cosas, por mucho que reflexione en ese momento todo será nada y me veré pequeña e indefensa ante la imagen más adversa que pude imaginar, además, es inevitable. Se hará real porque la vida es así, a veces ésta no tiene consideración para enseñar.

jueves, agosto 14, 2008

El sueño

Alguna vez has sentido que una vieja herida se abre y se infecta, nuevamente, y sana y se abre una y otra vez. Y siempre te preguntas cuándo llegará el día en que ya no dolerá esto y más duele. No puedes verla, no sangra, sólo llora y se queja, aparece al depertar, cuando vas sola caminando, cuando el mapa de recuerdos hace clik y la trae en cualquier momento del día, y aparece en las noches y hasta en los sueños. Pasa del inconciente, al subconciente, al conciente, jugando con tú salud mental y anímica y la de todos los que te rodean.

Cuánto has perdido por esta insana psíquis, cuántas disculpas debes, cuántas disculpas te deben, cuántos debiste agradecer, cuánto te has esforzado en superarlo, cuánto, cuánto... Lo peor, es que para todos pasa, pero tú no puedes pasar e irte y al pan pan vino vino, una ha de quedar allí, mirando incrédula ese dolor que se asoma desde el más íntimo rincón del alma.

Hasta que se hace un dolor constante que te hace despertar varias veces en la noche, hay pesadillas, las personas te parecen crueles y sus palabras te cruzan como hielo el alma. Parece que las manos se te desintegran y no puedes tocar nada. El cuerpo se te acalambra y no puedes pedir ayuda, nadie te escucha, nadie te sostiene en la caída abismal.

Lloro sola por las las noches y a veces no sé por qué. Rehuyo de todo esto y más me alejo de toda solución. Pero nada es eterno, ni la felicidad ni la tristeza.

Y un día nos enfrentamos al dolor y me rebelo contra éste, me mantengo ocupada, hago de todo, río, bailo, corro y duermo sin tiempo para pesadillas. Aunque en el fondo sé que allí siempre estarán estos miedos y estas angustias que se aprovechan de momentos de debilidad, están en las profundidades en las que no se puede navegar.

Me evado en mi vida, olvido lo vivido y cuando no me queda vida leo este poema y duermo, sabiendo que mañana será otro día.

El sueño

Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿Por qué, si te despiertan bruscamente
sientes que te han robado una fortuna?
¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traductible
en un sopor que la vigila dora
De sueños, que bien pueden ser reflejos
Truincos de los tesoros de la sombra,
De un orbe intemporal que no se nombra
Y que el día deforma en sus espejos.
¿Quien serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?

Jorge Luis Borges, del "El otro, el mismo"

lunes, agosto 04, 2008

Mi pesar

Me pesa eso de los amores extraños que viene y se van, que tienen más bajos que altos. Me confunden estos amores que se consumen en un abrir y cerrar de ojos, que te dejan naufragando sin saber qué dirección tomar. Mientras que parecían tan fuertes y tan prometedores.

Nada tengo de aquellos, nada he dejado allí tampoco.

Odio estos amores períodicos que he compartido. Son tan pobres, tan secos. Pero más odio este pesar que queda en mí... es este no poder hacer borron y cuenta nueva, sin rencores, sin miedos, sin este sabor amargo, es lo que más me pesa.

Y todo ha comenzado así, una y otra vez.

Ahora, me pregunto quién será testigo de este pesar que pesa demasiado, que ya ha derrotado a los que aparentaban fortaleza. Qué me indicará que no ha de consumirse, sin convertir las palabras de seguridad en frágiles y enrredadas trampas que anuncien una derrota más.

Estoy cansada ya de no saber cómo expresar mis expetivas, mis deseos, mis frutraciones sin que en un momento salgan corriendo en busca de relaciones fáciles. Acaso soy yo... acaso son ellos...

Un poco de aquí y de allá, sí, lo sé.

Por qué he hecho de un sentimiento noble un pesar que no logro superar, no me conformo. No entiendo el engaño, el olvido, el mínimo esfuerzo, la irresponsabilidad, la inmadurez, no tolero la brutalidad, la simpleza, la estupidez. No obstante, he insistido en perderme en excusas y parece que allí radica mi error.

Me pesa esto y no quiero saber de más de nuevas víctimas hasta erradicar este sentimiento de odio incompatible con el amor. Ya no quiero más sentir este pesar que no es nada más que culpabilidad y arrepentimiento y una constante destrucción de todo de lo que me rodea y de mí misma.

Esperaré purificar este podrido pasado y encontraré un amor de verdad, un amor sincero, donde escuchemos el silencio y que sólo nos baste leernos las miradas para comprender qué queremos el uno del otro.

sábado, agosto 02, 2008

Locuras de medianoche

A estas horas de la madrugada podría darmelas de la mujer más intelectualoide y hablar millón de cosas de unos autores ilustrados y otros románticos... pero no me sirve hablar de aquellos que ya no existen, que ya se fueron, que pusieron su piedra y han hecho de este mundo lo que es hoy. Bonita cosa no es, pero es lo que hay. Entendamos, pues, nadie sabe para quién trabaja. Mejor pensemos en el ahora, en nosotros, en los pobres mortales, ¿cuál será nuestro granito de arena para veinte años más?

Así como el efecto mariposa... qué pasará si mañana le tiro un jarro con agua a algún político trucho, quizás, en unos años exista el partido "el Jarrazo" o alguna calle tenga mi nombre o, por último, un colegio de la próxima región que inventen.

Pues, somos tantos los que pasamos por la calle anonimamente, algunos alzan la voz, pero una voz hueca, otros tratan de hacer algo, pero se vencen en el intento, sin embargo, de algo estoy segura, así como estamos algo grande estamos gestando y tendrá grandes consecuecias. Este silencio parecido a la estupidez nos llevará a la historia y ya pronto viviremos en Marte.