lunes, marzo 31, 2008

¡Sí a la disconformidad! y ¿qué?


Y me quedó dando vueltas esa idea del curita diciéndonos que hay que agradecer y conformarse con la vida, con existir, que es un regalo de Dios.

Entonces, camino lento, con serias tentaciones de detenerme a reír... y pienso que así no necesitaría el dinero ni éxito ni príncipes azules. Me sentiría feliz con mi existencia y ya.

Sería así de simple; tú o yo un ser feliz en sí mismo, por el simple hecho de existir, de vivir.

Entonces, sigo y camino... ¡no puede ser tan fácil!, ser feliz de tener el ser como soy; rencorosa, egoísta, egocéntrica, consumista, sin mayores anhelos, sin dogmas, sin haber probado el amor verdadero, ¿así tal cuál? porque lo necesario ya lo tengo, entonces, ¿el resto es parte del destino que Diosito me dio?

Me preguntó por qué no me paré en media misa a preguntarle:
¿Está, usted, seguro de lo que me dice?

Me detengo, miro aquel altar dorado y aprieto los puños; sería tan fácil... y miro a ese hombre crucificado, entonces me respondo, no, no lo es, porque el hecho de ser feliz como soy es darme cuenta que he luchado por nada y que me he hecho sufrir por el simple afán de lo absurdo, de chocar con un muro por gusto, no, no lo creo, no creo que detrás de lo que he visto no hay nada más.

No sólo somos felices por existir, tenemos que buscar día a día por qué ser felices. Y eso está más allá de los límites de la existencia, más allá de lo que a simple vista está, es ser feliz viendo una manecer, de escuchar el crujir de las hojas de otoño, de sentir la lluvia en el rostro, de esperar que la ola moje nuestros pies y sentir un escalofrío, de ver caras y más caras sin vida y buscarle una razón a todo ello... en fin, hay tantas cosas que pensar, que hacer, que descubrir para ser feliz...

No podemos conformarnos con días tristes y días alegres y un autoconvencimiento de felicidad.

No, no lo creo, porque yo aún espero más de esta vida, aún espero más de mi existencia, incluso, espero aún con ansias al bendito príncipe azul que me llenará de felicidad y yo lo amaré por mucho tiempo, porque yo no por nada he sufrido... al diablo con el conformismo. Siempre, siempre voy a esperar algo más.

!Sí a la disconformidad¡ y ¿qué?

Definitivamente no estoy de acuerdo con, usted.

domingo, marzo 30, 2008

Tarde de domingo

Aleli-Abel Pinto

Quien podrá quererte como yo te quiero, amor,
quien pregunto quien podrá quererte como yo,
siempre lo decías y me atabas a tu piel
con ramos de besos y escuchábamos caer
sobre los techos de zinc;
lluvia de otoño en abril.

Tengo esa nostalgia de domingo por llover
de guitarra rota de oxidado carrusel
ay alelí, pobre de mí .

Yo te desnudaba para ver cómo era el mar
y el mar se enredaba a mis deseos de volar.
Íbamos tan lejos que olvidábamos volver
nos traía el ángel ciego del amanecer
y se acostaba a tus pies
como un gatito siamés.

Tengo esa nostalgia de domingo por llover
de guitarra rota de oxidado carrusel
ahí alelí, pobre de mí.

Esta noche quiero que bailemos otra vez ,
la canción que el viento nos cantaba en el ayer
ya sabrá el infierno como hacer para aceptar
que baile en mi celda con tu sombra sin parar
como eh podido matar
a quien me hacía soñar.

Tengo esa nostalgia de domingo por llover
de guitarra rota de oxidado carrusel
ahí alelí, pobre de mí.

jueves, marzo 27, 2008

Hoy

Mis ilusiones siguen tan vivas como aquellos tiempos cuando era libre y, si se han destruido como pompas de jabón, las he reavivado, porque la esperanza ha vuelto aquí.

Hoy, miro a mi alrededor y espero la posibilidad de volver a sentir ese beso que nunca olvidaré, un beso cálido y tímido bajo la sombra del árbol y el destello naranjo del cielo.

Ese placer suave y delicado, sublime y purificador.

Espero ese beso inesperado y a la vez tan anhelado. Esa búsqueda de labios rápida y acertada. Ese movimiento perfecto. Ese exsquisito sabor. Ese beso que no busca más que ser aceptado, que pareciera pedir permiso y que se entrega sin pedir nada.

Espero un día llegar ahí y encontrar entre la multitud a ése que es sencillo y gracioso, pero que para mí es un ser único y maravilloso. Ése que "algo" tiene, ése que si habla es como si el mundo se callara para escucharlo; que si me mira, yo lo esquivo y si yo lo miro, me sonríe.

Como siempre, deseo sentir su compañía, vivir los sencillos días, acariciar su manita en mi rostro, reírnos de la vida, dormir a su lado.

Como siempre, espero ser feliz.

Hoy no dejaré de tener ilusiones.

miércoles, marzo 19, 2008

Palabra, palabra

Gustaría del silencio y la soledad, de las amistades, las risas y el tiempo libre, pero es que aún no puedo, no puedo dejar de mirar, de buscar y agobiarme pensando en lo que fue y en lo que no fue.

Ya a mi lado no puedo perdonarte y no puedo olvidar, tengo el alma enviciada contigo. Por qué, por qué... pero no hay memoria como la mía ni actitud que satizfaga esto que me quitó una parte mia.

Siento que arrastro una frazada larga y pesada, la tironeo y avanzo a paso lento.

No quiero lástima tuya ni de nadie, me aburrí de que me digan víctima. Yo quiero, yo sólo quiero una sonrisa, un abrazo sincero y palabras, palabras que necesito escuchar para enteder el porqué de tantas cosas.

Pero no hay duda no es ni tu problema ni el tuyo, el problema es mi problema y yo tengo que darle salida ya.

¿Acaso me quedaré pegada esperando y mirando el pasado?

Es absolutamente necesario que llegue un día, un día donde dejaré caer esta manta pesada y podré caminar libre y bonita.
Un día me sentiré nuevamente completa; encontraré lo que he perdido. Entenderé muchas cosas y asumiré otras. Habré aprendido y, seguramente, habré repetido mis errores y otros, quizás, también me dañen, por tanto, una vez más seré víctima, pero al día siguiente veré de frente y caminando para delante, siempre caminando, caminando para ser feliz.

sábado, marzo 15, 2008

Me va la vida en ello

Cierto que huí de los fastos y los oropeles
y que jamás puse en venta ninguna quimera
siempre evité ser un súbdito de los laureles
porque vivir era un vértigo y no una carrera,
pero quiero que me digas amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello,
dímelo, me va la vida en ello.
Quiero que me digas amor, que no todo fue naufragar
por haber creído que amar era el verbo más bello,
dímelo, me va la vida en ello.

Cierto que no prescindí de ningún laberinto
que amenazara con un callejón sin salida
ante otro más de lo mismo, creyendo distinto,
porque vivir era búsqueda y no una guarida
pero quiero que me digas amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello,
dímelo, me va la vida en ello.
Quiero que me digas amor, que no todo fue naufragar
por haber creído que amar era el verbo más bello,
dímelo, me va la vida en ello.

Cierto que cuando aprendí que la vida iba en serio
quise quemarla deprisa jugando con fuego
y me abrasé defendiendo mi propio criterio
porque vivir era más que unas reglas en juego
pero quiero que me digas amor,
que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello,
dímelo, me va la vida en ello.

Pero quiero que me digas amor, [quiero que me digas amor]
que no todo fue naufragar [que no todo fue naufragar por haberte]
por haber creído que amar [por haberte creido a ti]
era el verbo más bello, dímelo, me va la vida en ello. [dimelo]
Quiero que me digas amor, [que me digas amor]
que no todo fue naufragar [que no todo fue naufragar por amor]
por haber creído que amar [por haber creido que amar]
era el verbo más bello, dímelo, me va la vida en ello. [dimelo]


Silvio Rodríguez

viernes, marzo 14, 2008

No leer

Hoy podría escribir muchas cosas; verdades, mentiras, penas... también alguna cosa chistosa para parecer una persona "relativamente alegre".

Da lata ver a alguien puro contando cosas tristes. Sí, lo sé, pero una a veces pasa sus períodos y tiene que desahogarse... así como diríamos, entre nosotras las minas: "Ya se pasará, pero ahora hay que llorar todo..." porque las minas somos cuáticas, somos extrañas y nos gusta llorar por cosas que ya no valen la pena y le buscamos la enseñanza a la experiencia, porque si no ahí empiezan un montón de rollos más: traumas, decepciones, arrepentimientos y puras cosas feas que duelen más todavía, como por ejemplo: la venganza, y como dice el chavito del ocho "la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena".

Así que como mi blog es mi blog, hablaré todo lo que tengo que hablar, porque ya no hay quien soporte mis tonteras repetitivas y trágicas.

La historias de amor siempre fueron mis preferidas, desde niña muchas veces pensé que estaría sola para la eternindad, pues tuve muy mala suerte desde chiquitita, el niño que me gustaba se burlaba de mí cada vez que podía, era un niño cruel, por lo demás, bastante poco agraciado, nunca tuve muy buen gusto...

Como no me gustaba la idea de la soledad eterna, me dediqué a esperar y buscar a mi mino, me equivoqué tanto como acerté... hasta que llegó la persona más promiscua del mundo, y ahí voy yo y caigo redondita... sufrí, sufrí y sufrí, pero como siempre las penas de amor pasan, esta triste historia pasó, un día, ya muy tarde, quizás...

¿Saben? me aburrí de mí misma, me aburrí de escucharme sentada frente a esta pantalla, tratando de desahogarme escribiendo...

(voy a fumar un cigarrillo, la nicotina de mierda, cada vez fumo más, pf, de mal a más mal)

Entiendo que uno no todo el día anda llorando sus penas ni deja sus responsabilidades botadas ni se queda mirando el ombligo, pues ahí hablaríamos de una depresión, y eso me carga. Perfecto, entonces, lo entiendo, ¿pero qué hace una cuando permanentemente le duele algo? así como una astilla miserable en el dedo que no te deja escribir... jajajajaja, qué ordinaria mi metáfora, pero así es mi pena, esta penita que siento cerquita de corazón, no me deja tranquila, me persigue como mi sombra y me duelen como esa astilla desgraciada del dedito...

Como ya lo dije, me carga hablar de depresión, de eso yo ya no quiero oír más, me parece un modo fácil de justificar cosas que nos duele reconocer.

En fin, me quedará el tiempo que es el único que se queda a tu lado y va lentito y calla como siempre, que pase el tiempo y, quizás, vuelva mi tranquilidad, mi consuelo y mi paz.

jueves, marzo 13, 2008

Una cerveza

Es tan agradable beber cerveza, como que a las minas no les gusta mucho... a mí me encanta, más que esos tragos con aceitunitas, limones de pica o frutita flotando en tu vaso, que la final son tan bonitos en su presentación y tan caros que te los tomas casi con cargo de conciencia. En cambio, una cervecita helada con un poquito de espuma es un trago barato que con una cigarrito y, en lo posible, una buena conversación se disfruta muchísimo. Pero bueno, como tengo puras amigas mujeres... tengo que atenerme a los gustos de mina y ceder a los cooler, pisco sour y caipiriñas...

Además, bebiendo cerveza uno tiene más tiempo de estar sobrio y animicamente estable para pasarlo bien, porque a mí con los ron me dan ataques de pena, jajajajaja. Con las cerveza me dan más ganas de bailar, de conversar y reírme.

Dicen que hace bien reírse... así que atendiendo mi salud emocional, por sobre la salud física, este nuevo comienzo de año me invito a mí misma a incentivar y programar salidas cerveceras.

Lo malo es que aquí en Chilito cuando una se sienta sola en un bar a tomar una cerveza hay a tu alrededor puros viejos con cara de caliente mirándote o por la ventana pasa una señora horrorizada por el hecho de que una mujer se tome una cervecita, entonces a una ya le da vergüenza, la hacen sentirse una mala persona... pero bueno, me aguantaré la vergüenza y beberé cerveza ahora y siempre, jejeje, ¿te quieres tomar una cerveza, conmigo?

sábado, marzo 08, 2008

Consuelo
















Hoy tengo un dolor cerquita del corazón, es como un estremecimiento que oprime mi pecho. Es un día triste, pues hay un desfile de problemas y angustias en mi mente. Así, van y viene de vez en cuando, vuelvo a imágenes guardadas, donde empezó todo y lo que dejó a su paso, y el estremecimiento avanza por mi garganta hasta que me hace apretar los labios para no dejar salir las lágrimas.

Tengo ganas de estar sola y poder llorar tranquila. Quizás, así, agote las penas y encuentre en uno de mis pensamientos la tranquilidad para mi alma y, quién sabe, si consiga el consuelo que necesito...

Sé que no puedo olvidar, porque siempre habrá un día en que una palabra, un pregunta, un lugar, un comentario o una relación de esas bastante ilógicas que juega el cerebro me hagan volver a recordar... Pero qué daría por, al menos, encontrar las palabras que alivien mis días tristes.

viernes, marzo 07, 2008

Así es la cosa no más

En los caminos de la vida, uno nunca sabe por dónde camina, a veces te encuentras por ahí en una esquina y conoces gente, gente buena y gente no tan buena, la cosa es seguir adelante y, por supuesto, conocerse a sí mismo.

Al final, sea quien sea, las personas llegan y se van, porque les caíste mal, porque no les diste lo que querían, porque la gente cambia o porque simplemente no estaban interesados en relacionarse con uno. Cada uno con lo suyo. Uno está plantada aquí en sus dos pies y está solo frente a ese camino lleno de pasajes extraños que te llevarán algún día a entender tantas cosas... y, también, está lleno de personas que, igual que uno, siguen su propio caminillo.

Pues, entonces, ya basta de intentar reavivar añejas relaciones que están muertas y no le hacen bien a nadie... está bueno ya de pegarse contra la muralla... la gente se va y así es la cosa.

En algún momento, quienes te rodean te pueden apoyar y podemos ser tal para cual o nos sentimos felices en su compañía, pero se van y hay que dejarlos ir también.

Como siempre hay quién esto no lo entiende hasta que por algún motivo alguien muy querido la rechaza y deja de ser un cariño mutuo, y te pide que te alejes. Ese día uno se da cuenta que no lo había comprendido, nadie recuerda cada una de las personas que han sido importantes en su vida, nadie estará ahí para siempre y cuando dice te quiero, no es un te quiero para siempre.

Es muy ingenuo pensar que las personas estarán ahí para siempre, porque siempre no existe más que para uno mismo, con esto quiero decir que no sea, usted, una persona tan ridícula como yo, aproveche a quien usted quiera ahora, porque mañana será otro día y esa persona, quizás, ya no esté.

Así es la cosa no más... así es la vida y aunque duela, la vida sigue y uno tiene que seguir también caminando por ahí conociendo gente, gente buena y gente no tan buena...

miércoles, marzo 05, 2008

Canción para quienes no sabemos amar

LETRA DE LA CANCION JOAN MANUEL SERRAT Y JOAQUíN SABINA - CONTIGO (DOS PÀJAROS DE UN TIRO)

Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.

Yo no quiero vecínas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.

Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
cortarme la coleta,
brindar a tu salud.

Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardin;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.

Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin tí.

No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas "volvamos a empezar";
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad.

Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

domingo, marzo 02, 2008

En el jardín

Como todo lo bueno tiene que acabar, mi pequeño viaje finalizó, y me ha traído nuevamente a esta despreciada y aborrecida ciudad.

Debo aclarar que siempre he tratado de defender a esta ciudad, a veces a mí también me sobrepasa: su smog, la gente, la bulla, la suciedad, la pobreza, etc., sin embargo, considero que uno siempre debe conservar una perspectiva positiva del asunto, pues hay que tratar de hacer más cómodo y amble el lugar que te rodea.

Antes de mi viaje debo confesar que no lo pasé muy bien, lamentablemente en este verano las cosas no salieron muy bien hasta que terminé queriéndo irme, irme y refrescar mi mente, tranquilizar mis sentidos y descansar de todo lo que me hacía daño.

Me fui a mis veranos de infancia, me fui a la casa de mi abuela en la playa. Está todo distinto, ya no están los árboles de antaño, en aquellos donde vi pasar mis veranos soleados jugando con barro y bañándome en la orillita de la playa haciendo un hoyito para buscar pulguitas de mar, ya no está el pequeño bosque ni mis primitos corriedo con los mocos colgando y la cara sucia con tierra. Estábamos solas; mi abuela, yo y aquella casa que guarda tantos recuerdos formidables y ya lejanos.

En la foto, estoy yo en el jardín de mi abuela, es el lugar donde ella decidió poner un lindo jardín de flores, hierbas y árboles frutales, tal como dice ella: "como para sentirse en una quinta", y, como toda mujer de mi familia. llevada por sus afanes sacó todos los arbolotes donde yo me colgaba en la tardes de verano con mi prima para jugar a la tiendita.

Pero dicen que todos los cambios son buenos y así es; en el jardín de mi abuela pude hacer lo que más me gusta. Pasé mucho tiempo de estos días en el jardín limpiando, conversando con la abuela, recordando, regando, riéndome de algún recuerdo de infancia, leyendo, pensando, plantando, dejando que el viento me limpiara las ideas con la brisa del mar, nuevamente hundí mis pies en el barro y metí las manos en la tierra y, por supuesto, me la pasé comiendo duraznos y moras de los árboles frutales...

Sentada en el jardín un día pensé que tal como he disfrutado de este jardín y de ese lugar desde mis infantiles veranos, un día pensaré en Santiago como la ciudad que me acogió durante mucho tiempo, donde fui feliz e infeliz, donde crecí, amé y disfruté, desde donde vi pasar cada estación del año, donde conocí a tanta gente linda y donde vi pasar cada día de mi vida.

Por esto, me propongo dejar de despreciar a esta ciudad, quiero verla con nuevos colores y matices, quiero disfrutar de este lugar que es mi presente y es el que me acogerá todo lo que me falta para irme.

Pues sí, he vuelto y los cambios siempre son buenos, traigo nuevos aires, nuevas ideas, nuevos ánimos de reiniciar, de reintentar lo que he traído olvidado desde hace algún tiempo.