domingo, noviembre 18, 2007

En un café

Quizás alguna vez espere en algún café perdido del forestal tu llegada. Quizás me saque bajo la mesa, enrojecida y temerosa, mi plateado compromiso, miraré constante y discreta cada vez que suene las campanillas de la puerta. Tocaré mi cabello y limpiaré mi blusa, abrocharé el botón del escote, porque no querré que leas mis latidos. Me cruzaré de piernas y posaré infantilmente mi cabeza sobre mi mano. Veré por la ventana las parejas enamoradas, los niños jugar, los ancianos solitarios... y no sabré cuál es mi lugar.

Pediré un té verde, pues el café a esas alturas ya habrá acabado con mi salud, sin embargo, de todas maneras, confirmaré si se puede fumar, pues aún insistiré en que es uno de mis mayores placeres.

Prenderé un cigarrillo con la misma satisfacción de aquellos años en que me conociste. Quizás me tome el pelo, para que me recuerdes con la piel llena de vida, cuando mi cuerpo no había sido recorrido por los años, cuando mis besos no eran una rutina, cuando mi cuerpo deseaba amar.

Quizás me ponga aquel vestido blanco y quizás me pinte rojo los labios esperando tu mejilla.

Cuando entres no voltearé a mirarte, tu tocarás mi espalda y yo te estaré esperando con los ojos cerrados, buscando en los recuerdos aquella caricia. Te sentarás frente a mí, pedirás un café con leche, pues nunca habrás superado tus gustos adolescentes. Me sonreiré y te hablaré de mi vida, sin mentiras, sin verdades que duelen, porque tendré aún ese orgullo, esa soberbia de ser más y nunca ser menos, esa arrogancia de nunca reconocer que me equivoqué, de esa falta de ilusión, de fe y esperanza que me arrebató ser feliz. Te contaré de mis viajes, de mi vida estable, de mi gran marido, y mis bellas hijas, futuras profesionales. Te recalcaré mi felicidad y ocultaré mis penas, mis frustaciones y de cuánto me he arrependido, ocultaré cuántas veces soñé contigo, cuánto esperé este momento.

Tú me hablarás de tu vida, de tus viajes, de tu trabajo, de tus pasiones, desamores y amores, reflexionarás un poco sobre tu infelicidad, pero la compensarás con las cosas bellas de la vida. Me darás aquella sonrisa resignada, y sin que te lo diga sabrás cuánto deseo que ese momento no se acabe.

Terminaré abruptamente la cita, pues seguro se me hará tarde. Me acompañarás hasta la calle y te despedirás con un roce inadecuado. Caminarás lento y sin voltear.

Te veré ir y seguramente una lágrima como la de aquellos tiempos lloraré.

Fin
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Dedicado a una mujer en especial: mi madre.














sábado, noviembre 17, 2007

A partir de hoy

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ESTE BLOG NO ES UN DIARIO DE VIDA; ES UN MEZCLA DE VIDA Y FANTASÍA, PRODUCTO DE LA NECESIDAD IMPERIOSA DE BUSCAR ILUSIÓN, ROMANTICISMO Y NOSTALGIA PERDIDOS POR LA AUTORA.

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martes, noviembre 13, 2007

Tengo un alma vanidosa

Poco a poco lo comprendo, ¡qué egoísta he sido!, pero poco a poco me resigno acostumbrándome a la insatisfacción imaginaria que no me dejaba avanzar libre.

Poco a poco voy dejando mi egoísmo y los dejo ir.

No puedo pedirle a los olmos que den naranjas. No puedo tener sus sonrisas ni su comprensión. No puedo creer infantilmente que no me olviden, que no me dejen y, menos aún, que se martiricen por sus culpas.

Ya no exigo nada, porque sé que nada me deben.
Las heridas, las promesas incumplidas, las lágrimas lloradas, ya fueron del viento, ya fueron de la tierra.

Necesito despertar de estos mil años.

Me resigno a desatar las amarras, lavar con agua y con cenizas mi corazón, olvidar aquel horizonte extraño y llorar en silencio. Ver, por fin, el reflejo de algo mucho más bello, sólo que para verlo tengo que abrir la mañana.

Por fin me perdono, por fin perdono a mis recuerdos, por fin, mi alma vanidosa sólo a veces los extraña un tanto nostálgica, por fin mi alma los liberó y los mira en la belleza que los viví.

Por fin, terminé de limpiar la mirada, lo hice como la lluvia en mi ventana.

Por fin, sin ninguna duda, sé lo que es amar de nuevo.

sábado, noviembre 03, 2007

Ilusionada


Tú sí existes y estás conmigo.

Bastante ya he vivido. He sido afortunada, he sido feliz y he amado. He aprendido a ser pareja y también reconozco que me he equivocado en mis relaciones y se han equivocado conmigo. Fue la inexperiencia, la inocencia, la imprudencia... fueron muchas cosas. Pero ahí está la gracia: aprender de lo vivido. Independiente de todo, hay que ver el lado lleno del vaso... mmmm o como sea ese dicho (no soy buena para los dichos populares). Tengo recuerdos hermosos, pero son eso, sólo recuerdos.

Ahora encontré la paz, la estabilidad, la felicidad que estuve esperando. Alguien encontró la felicidad conmigo y que me quiere hacer feliz y se ha quedado a mi lado a pesar de muchas cosas, porque me ama.

Pareciera que me estuvo buscando y pareciera que yo te estaba esperando.

Ahora me tomas de la mano y me levanto para caminar a tu lado. Aprieto fuertemente tu brazo para que no te vayas. Me miras fijo y me abrazas, tampoco te quieres ir. Rozas mi mejilla con tu mano que me enternece y me estremece cuando me acaricia, que me busca bajo las sábanas, que limpia mis lágrimas y que me muestra un más allá tranquilo.

Te amo, Smirko.

Para nadie más tengo ojos ni tiempo.
Eres tú mi pensamiento permanente, mi alegría y mi sonrisa diaria.
Porque a pesar de los comentarios estúpidos de gente, confías sobre todo en mí.

Haces mi vida simplemente bella.

Estoy enamorada de ti, Smirko.