miércoles, enero 30, 2008

La fábrica de ilusiones

Se acerca una de las fechas que más me importaba, ahora ya pasó a ser un día más... un día especial, así como todos los días.

Desde pequeña esperaba el día del conejito, día del niño, navidad, año nuevo y mi cumpleaños. Me parecían importantes, pues traerían sueños a la realidad o simplemente me traerían algo que yo esperaba, para muchos era porque me consideraban una niña interesada, pero yo diría que simplemente fui una niña, como todas, con muchas ilusiones.

Y, bueno, a mi parecer, a causa de esta cruel infancia ilusoria, me pegué muy fuerte contra realidad. Podría recordar infinidad de esos "accidentes"...

Por ejemplo, los días de pascua el condenado conejito no venía a esconder chocolates a mi casa, porque yo era gorda y justamente ni a la flaca de mi hermana le gustaban los chocolates... Los días del niño, ppff!, mis padres desde los ocho años me dijieron que yo ya no era una niña... En una navidad mi madre me regaló una falda floreada en el tiempo que yo me vestía de negro, no porque fuera gotic lolita, sino porque con negro pasaba más piola mi contextura..., también recuerdo infinitos años nuevos donde mamá enojada hacía cena, esperábamos las doce, abrazos y buenas noches, miestras yo escuchaba y veía desde mi ventana los juegos artificiales, la gente riéndo y bailando esas típicas cumbias de año nuevo ...

Recuerdo cuando cumplí 15 años y mi "tía madrina" me regaló un pack de 3 calcetines blancos y mi mamá dos chalecos de hilo, mientras que yo esperaba que me dieran mi correspondiente fiesta de los 15 con vestidito rosado y mi guapísimo chaperón (quizás ahí exageré, sí, pero bueno, es que me guié mucho por la tradición mexicana)... después cuando cumplí dieciocho años (fecha muy importante en Chile) mi regalo fue comer completos a la once y, bueno, al último, a los veinte me preparé mi propia fiesta en casa, fue la única vez que celebré mi cumpleaños como quise y con la gente que quería.

A pesar de que he recordado episodios malos de mi infancia y que, sin duda, me afectaron en su momento, me he forzado a traerlos aquí para explicar algunas cosas que me parecen importantes para este nuevo cumpleaños que yo he apodado "veintisiempre" .

Yo alimento muchas ilusiones, pues algo he aprendido hasta hoy. En el fondo de mi alma, nunca he perdido las ilusiones, sólo se hicieron chiquitas y se escondieron muy adentro y cada día que pasa y veo que mis sueños o que mis deseos se alejan mi alma se estremece.

Y así es la vida, de vez en cuando, uno se siente desilusionado y desesperanzado, pero independiente de eso, uno tiene que pensar en que cada día va a ser un día especial y que hoy o mañana o pasado vendrá aquello que esperas y si no viene es porque quizás no era para ti y otros deseo y sueños más lindos podrás lograr.

Así como yo organicé mi cumpleaños y cumplí una ilusión, así mismo cada cosa que deseo, sé que depende directamente de mí hacerlo realidad, porque ya no soy una niña, soy una mujer con ilusiones y deseo tremendamente seguir teniéndolas para sobreponerme cuando creo que no hay razones por las que seguir adelante.

Uno mismo es la fábrica de las ilusiones.

lunes, enero 28, 2008

Nunca te sentirás sola

Ni siquiera importaría si nadie te apoyara, porque ahora eres el apoyo de otra vida, y serás sólo tú y él frente a la vida y juntos irán por el resto de ella.

No importa cuantas veces te despiertes en la noche por un lloriqueo de maña... qué más da, si mañana te hará reír con su carita chiquita y suavecita.

No importa que hoy llore en tus brazos, porque te lo imaginas caminando, corriendo y riendo por ahí.

Nada importa, porque todos los días sabrás que alguien te espera, que apenas te acerques al jardín, vendrá corriendo hacia ti y te contará su día de dibujos, canciones y juegos.

Nada más te va importar, ni en nada más pensarás.

Nunca te sentirás sola, porque cuando tú tengas frío, recordarás que alguien más lo tiene y en la mañana escucharás sus pasitos pequeños cerca de tu cama.

Nada más te importa, porque nada más necesitas, encontraste el tesoro de tu vida, alguien llena, por fin, tu día a día y lo llenará por siempre, porque no hay anda más importante que Tomás.

Dedicado a mi amiga Claudia y su bebé Tomás.

miércoles, enero 23, 2008

No sé qué pasó

Para tener una amistad conmigo, no es necesario conocerme de toda la vida, sólo sería necesario que la conversación, en lo posible, fuera dinámica, respetuosa y espontánea, sin temas tabú ni yoísmos eternos... y ojalá fuera compartiéramos el vicio de la nicotina y no le desagrade mi risa escandalosa.

Pues bien, me da un poco de lata venir aquí y comentar estas cosas, pues no quise reconocerlo por mucho tiempo, pero, la verdad, es que me siento sola. Carajo... ya no me sirve el argumento de que "no si yo así estoy bien, mis amistades son así y ya"... ya no me sirve porque simplemente me siento sola.

Y no es un royo sentimental y que me esté muriendo y eso, no, pero creo que a mis veintisiempre años he sido una persona bastante solitaria; amigas contadas con las manos y dos amigos que son mis exs, por lo tanto, son complicadas amistades cuando tienes novio...

De mis amigas nunca exigí nada... por lo demás yo tampoco soy la gran maravilla de amiga, no tengo "amistades constantes", todo lo contrario, son lejanas e inconstantes, la mayoría ni se conocen entre ellas.

Hoy pensando en esto, me di cuenta que me faltó ese grupi de amigas, quizás me faltó pertenecer a alguna "tribu urbana", poncear y perriar, jajjaja, no mentira, eso no me faltó, pero sí me faltó tener un grupo de amigos, esos de la infancia y juntarnos en la plaza de la esquina, salir de mall, al cine o a la casa de él o de éste otro, ir a tomar helados a media tarde, ir a comer papas fritas después de un carrete, compartir esas penas o alegrías del día a día o criticar e insultar al mundo, a los minos y terminar riéndonos con la talla de la amiga buena para el wuebeo.

No sé qué pasó, no sé porque un día decidí estar tan sola...

Hoy por primera vez creo que me faltó y me falta alguien con quién fumarme un pucho antes de cerrar la puerta de mi pieza para esperar otro día igual que el de ayer.

domingo, enero 06, 2008

La abuela

Al otro lado de las ramas que dividían las casas de la playa, había un columpio, con mis primos de vez en cuando pasábamos al lado a jugar. Cuando volvíamos, la abuelita Yola nos retaba por la ropa sucia y nos lavaba las manos y la cara llenas de tierra.

Ella dio a luz a cinco hijas y un hijo, ella los sacó adelante, les dio pan y algo de educación a los menores, los mayores, como mi madre, tuvieron que trabajar desde adolescentes.

Ella no sabía lo que era cariño ni comprensión ni nada de esas cosas sentimentales, ella sólo sabía trabajar día y noche por amor a sus hijos.

Ella tuvo una vida difícil, ella hubiera querido algo mejor para sus hijos, pero nada se puede hacer cuando tienes que criar cinco hijos y unos nietos de una tía desnaturalizada y, pero aún, tienes un esposo que no se puede las piernas de borracho y que de un día para otro muere.

Ella fue una mujer alta, regia, imponente y trabajadora, ahora tiene las manos ásperas y la cara arrugada, ahora ella me llega por el hombro y para reconocerme me mira de pies a cabeza con esos ojos que apenas se ven por párpados caidos y se acerca para olerme y ver si he fumado.

La abuela está chiquita y cree estar enamorada, la abuela está más vieja que nunca.

La abuela me recuerda a mi madre.