Un alma sensible
Y, es así, quienes esperamos un amor ideal y ya hemos batallado en guerras perdidas hasta las últimas esperanzas nos perdemos enla fina línea que separa la realidad de la ficción, pues parece que encontramos el romanticismo en los mundos posibles y está negado para el mundo real.
Entonces, es imposible no querer ser una Jacinta, la mujer virtuosa; no identificarnos con la pasión de una Fortunata; incluso, envidiar a la doña de los Pavos con su moral y rectitud únicas. Cómo no odiar a un Juanito Santa Cruz o no tenerle piedad a Maximiliano.
El que tiene un corazón que no conoce fin y una alma caprichosa inevitablemente prende su cuerpo con un bolero que alumbra los recuerdos más amargos o las ilusiones más tiernas... una Roja boca, un Entre el cielo y la tierra, una Medianoche o un Antes de amar de nuevo...
Para qué hablar de quienes compartimos este amor en los tiempos del cólera al son rítmico y tibio de un Marc Anthony u Oscar de León...
Para nosotros tomarse las manos con un movimiento dulce y delicado y un abrazo apretadito es el enlace de dos almas, no sabemos de fin, no sabemos olvidar.